- El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos realizó una segunda conferencia en el Mes de la Mujer, analizando su inclusión en los estudios superiores.
- Las docentes Marcela Aspell y Paula Gastaldi fueron las encargadas de hacer un análisis histórico y actual de la inserción de las mujeres en el mundo universitario.
En el marco del Mes de la Mujer, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos realizó su segunda conferencia del Ciclo 2021, con eje en la inserción y perspectivas de la mujer en el tiempo. Específicamente, la conferencia trató sobre “Mujer y Universidad”, a cargo de dos investigadoras universitarias: Marcela Aspell y Paula Gastaldi.
La secretaria de Justicia, Laura Echenique, y la directora de Política Judicial y Reforma Procesal, Alicia Bazán, fueron las anfitrionas de una jornada que revisó los condicionantes históricos y las dificultades que tuvieron que atravesar las mujeres para ingresar y abrirse un lugar en las altas esferas del conocimiento, y revisó los factores que reproducen en la actualidad espacios vedados en el ámbito académico por cuestiones de género.
Marcela Aspell es vicepresidente de la Academia Nacional de Derecho y miembro de la Academia Nacional de Historia. Con el título “Las primeras estudiantes”, Aspell realizó un recorrido desde las primeras mujeres científicas conocidas de la antigüedad, hasta llegar a las profesionales de principios del siglo XIX, saltando de África, y Europa a nuestro país y a la provincia de Córdoba.
Audacia, amor por el conocimiento y determinación en tiempos adversos para las mujeres es lo que Aspell resaltó de las pioneras que se hicieron un lugar para estudiar y para ejercer. Muchas tuvieron que demostrar su capacidad, y/o aprovechar la influencia social que podía tener su familia o un patrocinante, para ingresar como estudiante en la universidad, no sin antes tener que insistir en hacerlo. Una historia de sufrimiento y conquistas cosechan las mujeres que se interesaron por estudios superiores.
Aspell mostró que en el siglo XVIII, siglo que privilegia la educación como instrumento de cambio social es la bisagra en el que las mujeres como actor social empiezan a luchar por el acceso a la educación. Sin embargo en el siglo XIX, voces se seguían levantando por considerar peligroso que las mujeres lean: “maridos, padres, hermanos deben vigilar la lectura de las mujeres”. A través de las distintas protagonistas decididas a estudiar en ese entonces, Aspell describe las dificultades que atravesaban: no eran aceptadas en todas las universidades; es muy ilustrativo que Concepción Arenal para ingresar a la Universidad de Madrid tuvo que disfrazarse de hombre; o tenían que acudir a los Tribunales para que las admitieran; e incluso, una vez recibidas no se les permitía ejercer, como a María Angélica Barrera primera mujer graduada de abogada en el país, se le impidió matricularse en la ciudad de La Plata por lo que tuvo que ir a la justicia. Tampoco significaba la posibilidad de ocupar puestos académicos importantes. Cecilia Grierson, primera médica argentina, tuvo que resignarse a recibir cargos honorarios.
Paula Gastaldi, -abogada y docente universitaria-, enfocó y problematizó el presente: “Que algunas mujeres ocupen espacios de poder no significa que no hay discriminación”. Con su ponencia sobre “Estereotipos de género y sesgo en instituciones universitarias”, Gastaldi afirma que siguen en disputa espacios políticamente igualitarios, debido a la permanencia de esquemas culturales asentados en sesgos y prejuicios. “Se genera un bucle de retroalimentación donde la identidad atribuida se vuelve una identidad reconocida”, por lo cual la lógica de la historia se perpetúa finalmente. Gastaldi explicó que se deben combatir tratos discriminatorios con un enfoque individual, colectivo y estructural. “Hay que reconsiderar los esquemas culturales que generan las estructuras”, señaló.
Próxima conferencia
Isolina Dabove, Dra. en Derechos Humanos, e Investigadora del CONICET se referirá a “La mujer y los derechos de la vejez”.
29 de marzo a las 16, por Zoom.